En actitud prepotente, el Presidente destrató a una periodista y la mandó a "guardar" sus apreciaciones

El presidente Alberto Fernández llegó al poder agitando el slogan "es con todos", para dar a entender que en su gobierno se escucharían todas las voces y cada reclamo sería tenido en cuenta, sin embargo, parece que el primer mandatario no predica con el ejemplo, y no tuvo ningún problema en mostrar toda su prepotencia en un diálogo que mantuvo con una periodista a través de WhatsApp.
"Guardate tus ironías. Recibo cientos de mensajes como el tuyo. No todos puedo contestarlos. Habla con Biondi", le responde el mandatario a la periodista, derivándola con su vocero Juan Pablo Biondi, hombre de Alejandro Granados, intendente de Ezeiza, y encargado de "filtrar" los mensajes del Presidente dándole paso solo a las consultas de los grandes medios.
No lo tomes a mal. No discuto con boludos que se masturban creyendo que son lúcidas las boludeces que escriben. Ese es tu caso.
— Alberto Fernández (@alferdez) December 10, 2017
chau pelotudo
— Alberto Fernández (@alferdez) October 9, 2016
Pero además el mandatario, en tono más que soberbio, le indica a la trabajadora de prensa "guardate tus ‘apreciaciones’, ‘consejos’ o como quieras llamarlo", a lo que la periodista le responde recordándole que "usted dijo que le digamos cuando algo no nos gustara", para cerrar el diálogo con un cordial "le mando un abrazo".
Lejos de aceptar el saludo, Fernández vuelve a la carga en el mensaje siguiente e insiste con las críticas asegurándole a su interlocutora que "podés mejorar tu educación en el trato", lo que obviamente le vale una nueva respuesta de la trabajadora que ofuscada le reprocha que dejó de "escuchar a la gente como lo hacía antes".
El mandatario asegura que escucha a la gente, pero insiste con sus dichos y asegura que "detesto la mala educación", para cerrar con un frío "ya está", con el que termina de demostrar su enojo ante una simple consulta periodística.
Una captura de pantalla de la charla que se filtró haciéndose viral sorprendió a algunos periodistas, pero a los más memoriosos solo les hizo recordar los modales que solía exhibir el actual Presidente en las redes sociales, antes de ocupar el cargo.
Algunos de esos cruces fueron de antología, como cuando calificó al diputado del PRO, Fernando Iglesias, como un "energúmeno" que "acaba de reaccionar como un gran energúmeno cuando no puede explicar el destrozo económico que provocaron los ineptos del gobierno que él apoya. Lo siento energúmeno. La verdad siempre llega".
O cuando en otro cruce con un usuario intentó cerrar la discusión tuiteando: "No lo tomes a mal. No discuto con boludos que se masturban creyendo que son lúcidas las boludeces que escriben. Ese es tu caso".
Queda claro que ni el cargo ni las responsabilidades provocaron un cambio en el Presidente y que, aunque intente mostrarse como un conciliador, sigue siendo el mismo prepotente que despotricaba en las redes sociales sin medir los insultos, con la diferencia de que ahora lo hace en privado y a través de mensajes de WhatsApp.