Condenan a perpetua a dos mujeres por matar a mazazos a un agente penitenciario

Dos mujeres fueron condenadas en la noche de este jueves en Corrientes a la pena de prisión perpetua por el crimen del marido de una de ellas, un agente penitenciario asesinado a mazazos en 2018, informaron fuentes judiciales.
La decisión unánime del Tribunal Oral Penal 1 de Corrientes, integrado por los jueces Cynthia Godoy Prats, Ana del Carmen Figueredo y Raúl Guerín, recayó sobre Lorena María del Mar Encina, de 32 años,y Miriam Beatriz Jara, de 34, consideradas como coautoras del homicidio de Gabriel Tichellio, de 32, el 26 de julio de 2018 en su casa de esa ciudad.
⚖ Duro alegato en el juicio a las amantes Miriam Jara y Lorena Encina por el asesinato del penitenciario Gabriel Tichellio. Habla el abogado Hermindo González.
— Diario El Litoral (@DiarioElLitoral) December 19, 2019
La viuda no contuvo el llanto al oir la reconstrucción del crimen. pic.twitter.com/shW29IQxRP
Encina fue condenada a prisión perpetua por el delito de homicidio doblemente calificado por el vínculo -ya que era la esposa del penitenciario- y por alevosía; y Jara por homicidio calificado por alevosía.
La sentencia coincidió con lo requerido por el fiscal Carlos Lértora y por el abogado querellante Hermindo González, que representó a la familia de Tichellio.
Por su parte, el defensor Ramón Pablo Sosa, de Encina, y el defensor oficial Nicolás Báez -por Jara- habían solicitado la absolución de ambas.
El veredicto fue dictado en un clima de alta tensión por los reclamos de justicia exclamados por la familia del agente fallecido y la presencia de la familia de Encina, que negó la autoría del crimen.
Antes de que se dicte la sentencia, la viuda pronunció sus últimas palabras y dijo: "Yo no maté a mi marido, espero que se haga justicia", en tanto que Jara pidió "que se haga justicia de acuerdo a las pericias y a la ley".
En el transcurso del debate ambas acusadas reconocieron haber mantenido una relación amorosa que luego fue descubierta por Gabriel Tichellio, quien fue asesinado a mazazos en su cama mientras dormía en la siesta.
Su cuerpo fue trasladado en una camioneta Renault Kangoo, que fue abandonada por ambas imputadas a la vera de una ruta en la capital correntina.
Para la querella y la fiscalía fue clave la declaración testimonial del mayor de los tres hijos de la pareja de Encina y Tichellio, un niño de 11 años que en Cámara Gesell aportó indicios sobre las acciones desarrolladas el día del asesinato.