Martín Vestiga, Tito Rosca y los japoneses armadores de "torres" en la provincia de Buenos Aires

Sagaz como siempre. Intrépido e inquisidor. Adjetivos que sólo califican a Martín Vestiga, un asiduo colaborador de NOVA que vive trabajando y que, en sus ratos libres, investiga como pocos. Todo un adicto a su profesión.
En una calle céntrica de La Plata, el reconocido periodista Martín Vestiga se detuvo frente a la vidriera de una librería de política y actualidad.
Martín Vestiga, con su cuaderno de notas en mano y la mirada aguda que lo caracteriza, hojeaba distraído un ejemplar sobre dinámicas electorales cuando, de pronto, apareció de manera inesperada Tito Rosca.
El infame, satánico e insoportable fumador Tito Rosca, con su eterno cigarrillo colgando de un costado de los labios y su chaqueta desgastada, se le cruzó en el camino con una sonrisa pícara.
— ¡Martín Vestiga! — Exclamó Tito Rosca, acercándose con paso bamboleante. — ¿Te enteraste de la última movida en la política bonaerense?
Martín Vestiga levantó la vista con aire de sorpresa. El periodista Martín Vestiga frunció el ceño mientras guardaba su cuaderno.
— No he oído nada. — Contestó Martín Vestiga, inclinándose ligeramente. — ¿Qué sabes, Tito Rosca?
El infame, satánico e insoportable fumador Tito Rosca sacudió la cabeza y exhaló una bocanada de humo que formó un velo gris entre ambos.
— Mirá, esto no está circulado todavía en los kioscos de diarios. — Susurró Tito Rosca. — El senador bonaerense Joaquín De la Torre está cocinando algo gordo junto a Carlos Kikuchi: quieren armar una tercera fuerza para restarle votos a La Libertad Avanza (LLA).
Martín Vestiga, atento como siempre, apuntó rápidamente con su lapicera. El periodista Martín Vestiga, consciente de la relevancia de la información, preguntó:
—¿Y quién va a liderar ese proyecto?
Tito Rosca sonrió con sorna y señaló con el mentón hacia un café adyacente.
— El hombre fuerte detrás de todo esto es Juan José Esper. — Dijo Tito Rosca, ajustándose las gafas. — Sí, el diputado bonaerense sería la figura principal de esa tercera fuerza, aquella que se zarpará con los votos de La Libertad Avanza.
Martín Vestiga, intrigado, cerró su cuaderno y miró de reojo a Tito Rosca.
— Entonces, si esto se concreta, Joaquín De la Torre junto a Carlos Kikuchi impulsarán a Juan José Esper como cabeza de cartel. — Reflexionó el periodista Martín Vestiga.
—Exacto. — Asintió Tito Rosca, dando una calada a su cigarrillo. — Y no quiero ser aguafiestas, pero esto podría cambiar el mapa político de la provincia de Buenos Aires. La Libertad Avanza va a sentir la puñalada si Juan José Esper logra capitalizar el descontento.
Martín Vestiga guardó su cuaderno y, tras unos segundos de silencio, se despidió.
— Gracias por el dato, Tito Rosca. Como siempre, mantendré mi radar encendido.
El infame, satánico e insoportable fumador Tito Rosca se dio media vuelta, se metió la mano al bolsillo y desapareció entre la gente, dejando al periodista Martín Vestiga con la convicción de que esa primicia podría ser la llave para su próximo artículo de fondo sobre la reconfiguración política bonaerense.
¡Te están buscando, matador!
Me dicen el matador, nací en Barracas
Si hablamos de matar mis palabras matan
No hace mucho tiempo que cayó el León Santillán…