La historia viviente
Figuras de nuestro pasado

Enrique Mosconi, el padre de la vieja y querida YPF

El general Enrique Mosconi, primer presidente de YPF.

Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA

El 4 de junio de 1940, Argentina perdió a uno de sus hombres más lúcidos. El general Enrique Carlos Alberto Mosconi, ingeniero militar y primer presidente de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) dejó de existir, pero quedó el ejemplo de su lucha en defensa de los recursos naturales y la independencia económica del país.

El padre de YPF nació el 21 de febrero de 1877 en la provincia de Buenos Aires, en una Argentina gobernada por Nicolás Avellaneda, que tranquilizaba a los acreedores diciendo que el país estaba dispuesto a pagar la deuda externa aunque sea a costa del hambre y sed de sus habitantes.

A pesar de la sumisión de su presidente -alguna vez habría que pensar si de verdad su presidencia merece integrar el podio de las "históricas"- el pais abrió sus puertas a la inmigración europea. La historia de los Mosconi es la de tantas familias de ascendencia italiana, que pisó el bendito suelo argentino trayendo su idioma, sus costumbres y los principios de trabajo.

En 1891 el futuro hombre clave para nuestra soberanía energética ingresó al Colegio Militar de la Nación. Egresó como subteniente en 1894, pero su pasión por la ingeniería lo llevó a inscribirse en la Universidad de Buenos Aires en 1896. En paralelo su carrera militar avanzaba en la construcción y mantenimiento de infraestructura castrense.

A lo largo de su carrera Mosconi participó en importantes proyectos de modernización de las fuerzas armadas, pero su verdadera batalla no fue la defensa de los recursos energéticos argentinos. En una época en la que las empresas extranjeras dominaban la explotación del petróleo en América Latina, Mosconi comprendió que la Argentina debía asumir el control de su propio destino.

Con esa convicción, en 1922 asumió la dirección de YPF, designado por el presidente Marcelo Torcuato de Alvear. Desde el inicio, Mosconi impulsó una política de nacionalización de los hidrocarburos, enfrentándose a los intereses de corporaciones como Standard Oil y Royal Dutch Shell, que pretendían monopolizar el oro negro argentino.

Bajo su liderazgo, YPF impulsó la exploración, explotación y refinación del petróleo bajo control exclusivo del Estado, sentando las bases para un modelo que serviría de inspiración a otros países latinoamericanos, como la boliviana Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB) y la uruguaya Administración Nacional de Combustible, Alcohol y Portland (ANCAP).

El pensamiento de Mosconi era claro: el petróleo debía estar en manos del pueblo argentino porque su manejo estratégico era la clave para evitar la dependencia económica de las potencias extranjeras.

El nacionalismo económico que promovía Mosconi era una necesidad urgente. Sin su visión, Argentina habría quedado relegada a la dependencia de las multinacionales que, saqueaban riquezas sin dejar beneficios para la población local.

En las últimas décadas YPF fue endeudada por el tenebroso Proceso de Reorganización Nacional para sostener la política económica del delincuente fallecido José Alfredo Martinez de Hoz y privatizada por el infame menemismo. La figura de Mosconi quedó reducida a alguna avenida o plaza perdida que lo recuerda. No es casual que lo primero que hayan destruido es su memoria, por eso vale la pena rescatarlo del olvido.

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