“Me ha dolido mucho todo lo que pasó en Boca”, aseguró, aunque en los hechos no deja de intervenir en la política del club desde las sombras. También apuntó contra Riquelme por concentrar el poder: “Tiene que conducir el club en forma colegiada, no él solo como un emperador”, disparó, a pesar de haber gobernado tanto en Boca como en el país con estilos verticalistas y decisiones cerradas.

Durante una entrevista televisiva, Macri sostuvo que “la mayoría de los técnicos no quieren venir a Boca por la relación con el presidente y la comisión de fútbol”. Lo dijo con total soltura, ignorando su propia gestión como presidente del club, que incluyó manejos cuestionados, silencios prolongados en las crisis y una cultura dirigencial basada en el marketing más que en lo futbolístico.

La crítica a Riquelme continuó con una frase con reminiscencias autorreferenciales: “Yo me la pasaba diciendo que no había un solo jugador más importante que Boca, ni Maradona”, remarcó. Sin embargo, olvidó mencionar cómo usó a Boca como trampolín político hacia la presidencia de la Nación y cómo dejó el club en manos de una dirigencia que después él mismo terminó señalando como responsable del deterioro institucional.

Pero el exmandatario no se detuvo en el mundo del fútbol. También usó el espacio mediático para atacar a Horacio Rodríguez Larreta, a quien acusó de actuar “por venganza” y de ser “funcional al kirchnerismo”.

De esta manera, intentó deslegitimar a su exaliado dentro del PRO, partido que hoy luce fragmentado y golpeado, en buena medida, por las disputas internas promovidas por el propio Macri.

“No representa al PRO, está en contra del PRO y está solo”, dijo sin titubeos, pese a haber sido quien apadrinó durante años al ex jefe de Gobierno porteño. En ese mismo tono, cargó contra Patricia Bullrich, actual ministra de Seguridad, a quien acusó de actuar solo por conveniencia y de no tener lealtad más que hacia ella misma.

Pese a negar sus intenciones de volver a ser candidato, Macri dejó en claro que sigue operando políticamente y que intenta instalar nuevamente su liderazgo dentro del partido. “A esta altura de mi vida no discuto más poder, sino proyectos y esperanzas”, declaró, al mismo tiempo que promovía una lista electoral y llamaba a “votar al PRO” para “cuidar lo que hemos logrado”.