Crisis en todo su esplendor: el 38 por ciento gasta ahorros todos los meses y 15,3 se endeuda para sobrevivir

Con ingresos que rozan mínimos históricos, las familias argentinas han adoptado diversas estrategias para enfrentar la crisis económica del último año. Un informe del Instituto Argentina Grande (IAG) señala que las prácticas más comunes incluyen gastar ahorros, vender pertenencias, pedir préstamos a conocidos y recurrir a deudas con bancos.
Según el INDEC, en el tercer trimestre de 2024, el 49,2 por ciento de los hogares necesitaron implementar alguna táctica para llegar a fin de mes, frente al 44,6 por ciento del mismo período en 2023. Esto representa 537.290 hogares más, totalizando 5.017.497 familias afectadas.
Cobrar, pagar deudas, comer algo rico una vez, ser pobre hasta el próximo pago y repetir.
— 🧚 (@muyyforraa) April 10, 2025
Ya van varios post que veo de gente sobre deudas que tiene con la tarjeta y siempre lo tomé como que llaman deuda a lo que sacan en cuotas s/i ponele. Es deuda porque después mes a mes se paga. Es esa la referencia o realmente hay pibes que no pagan el total de la tarjeta?
— Alina (@AveAveces) April 9, 2025
Entre las medidas más frecuentes, el 38 por ciento agotó sus ahorros, el 15,3 por ciento pidió dinero prestado a amistades, el 11,6 por ciento contrajo deudas bancarias y el 9,8 por ciento vendió bienes.
El estudio destaca que los hogares con jefes o jefas mayores de 50 años enfrentaron el mayor deterioro, con un aumento del 19,2 por ciento en la necesidad de estas prácticas respecto al año anterior.
Este impacto se vincula al ajuste fiscal del gobierno, donde el 19 por ciento del recorte del gasto público en 2024 provino de la reducción de jubilaciones. En hogares liderados por menores de 30 años, la dependencia de estas estrategias creció un 7,1 por ciento, y en aquellos con líderes de 30 a 50 años, un 3,9 por ciento.
Este último grupo está en una situación crítica: el 53,3 por ciento debe recurrir a estas medidas para subsistir, según el informe.
Salarios estancados y pobreza cuestionada
Los salarios reflejan la gravedad de la situación. En el sector privado registrado, que abarca al 40 por ciento de los ocupados, los ingresos apenas alcanzan niveles de noviembre de 2023, con una caída real del 2,9 por ciento hasta diciembre de 2024, según el IAG. En el sector público, que representa al 17 por ciento, la pérdida es mayor, con un retroceso del 18,5 por ciento. Estos números evidencian el impacto de la inflación y el ajuste en el poder adquisitivo.
El INDEC reportó una reducción de la pobreza en el segundo semestre de 2024, pasando del 52,9 por ciento en el primer semestre a un 38,1 por ciento, por debajo del 41,7 por ciento de 2023. La indigencia también bajó, del 11,9 al 8,2 por ciento.
Sin embargo, el Instituto de Pensamiento y Políticas Públicas (IPyPP) cuestiona estos datos, argumentando que comparar 2024 con un período ya afectado por las políticas iniciales del Gobierno de Javier Milei distorsiona los resultados. La mejora estadística no refleja avances reales para los sectores más vulnerables, que siguen en retroceso.
Limitaciones en la medición de la pobreza
La Encuesta Permanente de Hogares (EPH) enfrenta dificultades para captar los ingresos en contextos de alta inflación. Ingresos no laborales, como jubilaciones, y ciertos ingresos laborales, como los de trabajadores independientes, se registran con un mes de retraso, lo que sobreestima la pobreza en picos inflacionarios y subestima su caída cuando la inflación se modera.
Además, la Canasta Básica Total, que define la línea de pobreza, usa patrones de consumo de 2004-05, obsoletos frente a los hábitos actuales. Aunque la Encuesta de Gastos de los Hogares de 2017-18 podría actualizar estos indicadores, aún no se ha aplicado.
En resumen, las herramientas para medir la pobreza en Argentina presentan distorsiones que dificultan captar la verdadera situación de los hogares, en un 2024 marcado por ajustes económicos y vaivenes de precios.