Mario Casalongue: del periodismo tradicional argentino a la revolución digital

Desde niño, Mario Casalongue supo que su pasión era la política y el periodismo. Criado en un hogar humilde en Rojas, Buenos Aires, su amor por la lectura lo llevó a descubrir el mundo de la información.
En diálogo con la comunicadora Mimi Dominici, contó que su carrera comenzó en el Diario Hoy de La Plata, donde se destacó en la cobertura política, y con el tiempo sintió la necesidad de crear su propio medio. Así nació Multimedios NOVA en 1996, un portal que revolucionó la manera de informar en Argentina.
Casalongue recuerda cómo su formación política dentro del peronismo le permitió comprender las distintas realidades sociales, una experiencia que considera clave para dirigir un medio de comunicación.
"Para entender la calle y la política, hay que haber militado", afirma. Además, enfatiza que el periodismo debe ser independiente y disruptivo, lo que lo ha llevado a enfrentar juicios de figuras de la política y el espectáculo.
Casalongue subrayó su compromiso con una mirada crítica e independiente dentro del mundo de los medios. "El periodismo tiene que ser una herramienta de cambio y no un instrumento al servicio de los poderosos", explicó.
A lo largo de su trayectoria, enfrentó numerosas polémicas y hasta denuncias judiciales, algo que lejos de afectarlo, lo potenció. “No me puedo quejar. Fabiola Yáñez me hizo juicio, las pañuelitos verdes me hicieron juicio, ahora una diputada de Milei también. Me hacen famoso”, afirma con ironía. “Juan Domingo Perón decía: ‘No importa que hablen bien o mal, lo importante es que hablen’”.
Con más de 60 portales en Argentina y presencia en 11 países, NOVA se convirtió en un gigante de la información digital. Ahora, Casalongue apuesta por el streaming y la editorial "Ediciones NOVA", con la que busca lanzar libros de investigación. Su próximo desafío: una publicación sobre la prostitución VIP en Argentina, que promete generar controversia.
Sobre su futuro, descarta una carrera política. "Quiero mi libertad. No quiero estar atado a una banca ni a una oficina", sentencia. Y, como siempre, reafirma su estilo provocador: "El día que cambie mi fórmula, nadie me va a leer".