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Volver al futuro: El Auto Eléctrico ya existía en 1910

El Detroit Model D de 1910, un automóvil eléctrico con una autonomía de 340 km y tecnología avanzada para su tiempo, nos recuerda que el futuro de la movilidad sostenible ya existía hace más de un siglo.

En una fascinante mirada al pasado, descubrimos que lo que hoy consideramos el futuro de la automoción ya existía hace más de 100 años. En 1910, el Detroit Model D, un automóvil eléctrico, ya recorría las calles con una autonomía de 340 km y una velocidad máxima de 32 km/h, cifras impresionantes para la época.

El Detroit estaba equipado con una batería recargable de plomo y ácido. Entre 1907 y 1939, la compañía Anderson produjo 13,000 coches eléctricos, demostrando que la tecnología eléctrica no es una novedad del siglo XXI.

El Detroit Electric fue especialmente popular entre conductores y médicos que valoraban un arranque fiable e inmediato, evitando así el laborioso proceso de arranque manual con una manivela que los coches con motor de combustión interna requerían. Este automóvil también se destacó por ser el primero en utilizar vidrio curvo para las ventanas, una característica costosa y compleja de fabricar, que reflejaba el refinamiento de su diseño.

El Detroit Model D y otros coches eléctricos de su época representaban una visión de un futuro diferente, uno en el que la tecnología eléctrica podría haber dominado las carreteras. Sin embargo, estos vehículos fueron desplazados por los autos a gasolina, impulsados por el floreciente negocio de los combustibles fósiles.

Si la industria del automóvil hubiera seguido desarrollando la tecnología de los coches eléctricos desde entonces, nuestro mundo hoy sería muy diferente. Un desarrollo continuo de los autos eléctricos desde hace varias décadas podría haber dado lugar a un mundo menos dependiente de los combustibles fósiles, con menores niveles de contaminación y una mayor sostenibilidad ambiental.

Este automóvil no solo es un testimonio de la innovación temprana en la automoción eléctrica, sino también una reflexión sobre las oportunidades perdidas y un recordatorio de que las tecnologías sostenibles tienen un lugar en nuestro pasado, presente y futuro.

El Detroit Model D de 1910 no solo fue un pionero en la movilidad eléctrica, sino también una muestra de lo que podría haber sido un futuro más limpio y eficiente. A medida que miramos hacia adelante, la historia de estos primeros autos eléctricos nos recuerda la importancia de la innovación sostenible y el potencial de un futuro diferente si se toman decisiones conscientes a favor del medio ambiente.

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