La sublevación de Fontezuelas, el final de Carlos María de Alvear al frente del Directorio

Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA
El 3 de abril de 1815, en la localidad de Fontezuelas, tuvo lugar un acontecimiento crucial en la historia de las Provincias Unidas del Río de la Plata: la sublevación contra el director supremo Carlos María de Alvear. El general Ignacio Álvarez Thomas, al mando de sus tropas, se negó a continuar la marcha hacia la provincia de Santa Fe, donde debía enfrentar a las tropas del caudillo José Gervasio de Artigas.
La sublevación se declaró cerca del Arroyo del Medio. Desde el campamento de Fontezuela, que recibió el nombre de Campamento de la Libertad, el ejército rebelde emitió una proclama firmada por 46 oficiales, entre quienes estaban Ignacio Álvarez Thomas, Juan Izquierdo, Julián Vega y Eusebio Valdenegro. El documento justificaba el levantamiento denunciando que a los españoles europeos se les asignaba los mejores empleos, que no había ascensos para los militares que habían luchado en los campos de batallas, la corrupción de en la administración pública y la búsqueda de un nuevo enfrentamiento con la Banda Oriental.
En el texto de la proclama puede leerse: "Cuando un pueblo valiente, generoso y lleno de virtudes se ve ajado, oprimido y degradado por la pequeña facción de hombres inmorales y corrompidos que en la actualidad componen y son los agentes del gobierno que representa el general Alvear, es un deber sagrado de sus hijos librar a sus hermanos y compatriotas de los horrores que sufren". El éxito de los rebeldes causó la renuncia de Alvear, el 15 de abril de 1815, y la llegada al poder del sublevado Ignacio Álvarez Thomas
La anglofilia de Carlos María de Alvear
En enero de 1815 la Asamblea del año XIII nombró a Alvear como director supremo, en relevo de su tío suyo, Gervasio Posadas. A poco de andar se anotó un exito: el fin del Sitio de Montevideo y la caída del último territorio dominado por los españoles en el Río de la Plata. En verdad Alvear llegó cuando las cosas ya estaban decidas en favor de los sudamericanos. Estivo poco tiempo Alvear en Montevideo, pero fue suficiente para hacerse lugar en los libros de historia como el jefe de las tropas vencedoras.
En su página web Esteban Dómina explica: "La Revolución pasaba por su peor momento y el gobierno central debía prestar atención a varios frentes en forma simultánea. Además de la azarosa guerra que se libraba en el lejano Alto Perú, había un personaje que desvelaba a los hombres de Buenos Aires: José Gervasio de Artigas. El caudillo oriental se había convertido en una pesadilla para los mandamases porteños, a quienes desafiaba enarbolando banderas de autonomía, federalismo e igualdad social. Su influencia no se limitaba sólo a la Banda Oriental –el Uruguay actual- sino que se extendía a las provincias litoraleñas e incluso a Córdoba".
El breve gobierno de Alvear tenía varios frentes en simultáneo: el Ejército del Norte, bajo las órdenes de José Rondeau, que tenía por objetivo el Alto Perú; El ejército que había triunfado en Montevideo y el de Los Andes, en formación. Para dar solución a la situación de los orientales Alvear le había ofrecido a Artigas reconocer la independencia de su provincia, pero éste no aceptó.
Pero el plato fuerte de su gestión fue el ofrecimiento formal que su gobierno le hizo al embajador inglés en Río de Janeiro, Lord Strangford, para que las Provincias Unidas del Río de la Plata formen parte del Imperio Británico. El encargado de tamaña bajeza fue el inefable Manuel José García, el mismo que años después entregó la Provincia Oriental en la Convención Preliminar de Paz de 1827, para poner fin a la Guerra del Brasil.