La billetera seca como axila de momia: la actividad industrial se desplomó un 1,2 por ciento y no crece hace 10 meses

El rebote económico se agotó, y cada vez existen más indicios para la llegada de una fase recesiva para el segundo semestre del año. El INdEC confirmó que el Índice de producción industrial manufacturero registró una caída del 1,2 por ciento en el mes de julio, según la serie desestacionalizada contra el mes anterior.
El promedio móvil de 6 meses para la actividad industrial permanece en crecimiento, pero los datos del organismo oficial confirman que la industria no logra crecer desde el pasado mes de diciembre. En lo que va de 2022, el IPI del INdEC acumuló una caída del 0,8 por ciento entre diciembre y julio.
#DatoINDEC
— INDEC Argentina (@INDECArgentina) September 7, 2022
La industria creció 5,1% interanual en julio de 2022 y bajó 1,2% respecto del mes previo https://t.co/V2QHVUUypV pic.twitter.com/LrurSiZG9o
La tendencia ciclo de la serie original de la actividad fabril, que busca observar el desempeño del indicador sin el efecto de factores coyunturales, cayó un 0,4 por ciento en julio.
Se trata de la segunda variación negativa en lo que va del año, algo que no se observaba desde 2020. La caída de la serie tendencial anticipa que la industria podría atravesar una fase recesiva para la segunda mitad del año.
El período acumulado entre enero y julio de este año marcó un aumento del 5,8 por ciento contra el mismo período del año pasado, y la variación interanual de la industria en julio llegó al 5,1. Pero estas cifras corresponden al efecto del arrastre estadístico, y no se produjo ningún crecimiento real en lo que va del 2022.
Julio se caracterizó por una fuerte volatilidad cambiaria a partir de la renuncia de Martín Guzmán, la fugaz y fallida gestión de Silvina Batakis, el estallido inflacionario y las restricciones a las importaciones.
Solamente en julio, los precios subieron un 7,4 por ciento y la inflación interanual superó el 71 contra el año pasado. Al mismo tiempo, el valor del dólar paralelo registró un pico de hasta 350 pesos por unidad, y el Gobierno emprendió medidas para estrangular el cepo cambiario y racionar severamente las transacciones a través del cambio oficial.
El equipo de Batakis evitó propiciar una devaluación sobre el tipo de cambio oficial, limitándose a restringir importaciones (entre ellas insumos necesarios para la actividad industrial). Al mismo tiempo, el Banco Central también estableció limitaciones cuantitativas sobre los bienes que ingresan al país, y continuó con el esquema de microdevaluaciones periódicas.