Cuando el gato no está, hacen baile los ratones: especulaciones por un cambio de gabinete en medio de la crisis

La semana comenzó con lo que en el Gobierno fue considerado una “señal positiva'' en términos económicos, después de una acumulación de días con malas noticias. El dólar libre retrocedió de 338 a 322 pesos, y en la Casa Rosada lograron respirar por unas horas en medio de la crisis cambiaria, que afecta la gestión de Silvina Batakis en el ministerio de Economía desde el día uno.
Este lunes, la ministra protagonizó dos encuentros importantes en Estados Unidos. Se reunió con la titular del FMI, Kristalina Georgieva, y con David Lipton, un funcionario clave del Tesoro norteamericano. No hubo novedades públicas de esas reuniones hasta la noche del lunes, por lo que falta saber cuál será la reacción de los mercados en la jornada de este martes y cuáles serán las medidas que tome el Gobierno de aquí en más.
Another productive meeting with minister @sbatakis.
— Kristalina Georgieva (@KGeorgieva) July 25, 2022
We welcome her initial efforts to strengthen fiscal sustainability and agreed on the importance of decisive program implementation to address #Argentina's economic & social challenges. pic.twitter.com/EepjzVdWB4
Alberto Fernández fue informado sobre las novedades sobre los encuentros de Batakis en Washington, mientras mantuvo una agenda, no oficializada, con reuniones en su despacho de la Casa Rosada, donde estuvo desde el mediodía hasta la noche.
Pasada las 19:30, fue Georgieva la que en sus redes sociales habló de una reunión “productiva” con Batakis y aseguró que en el FMI le dan “la bienvenida a sus esfuerzos iniciales para fortalecer la sostenibilidad fiscal”.
Durante la tarde del lunes ingresaron a Balcarce 50 el canciller, Santiago Cafiero; el ministro de Obras Públicas, Gabriel Katopodis; el ministro de Seguridad, Aníbal Fernández y el interventor de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Agustín Rossi. Todos cercanos al Presidente.
Los rumores ante un posible cambio de gabinete se hicieron presentes una vez más. La figura principal sigue siendo la del presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, quien aparece como el nombre propio más trascendente para renovar la estructura de ministros. El lugar apuntado: la Jefatura de Gabinete, que actualmente conduce el tucumano Juan Manzur.
Al igual que el domingo en que Alberto Fernández y Cristina Kirchner acordaron el desembarco de Silvina Batakis en el Palacio de Hacienda, donde parecía un hecho la llegada de Massa a la Casa Rosada, en el principio de esta semana el líder del Frente Renovador apareció otra vez en la agenda de los posibles cambios.
En aquella oportunidad, Massa le había pedido al Presidente el control de la Jefatura de Gabinete, el ministerio de Economía, el Banco Central y la AFIP. El jefe de Estado vaciló pero decidió no concederle tanto poder. El único cambio que concretó fue el de Batakis por Guzmán.
Según aseguraron fuentes del oficialismo, Massa arribaría a Balcarce 50 solo si hay un plan de acción concreto y bien diseñado que tenga consenso dentro del Frente de Todos. Un programa político y una renovación de algunos ministerios que le permitan al Gobierno poder relanzarse después de la crisis política y económica que se sucedieron.
El tigrense terminó muy desgastado después de la extensa jornada del domingo, en que el Presidente tuvo que elegir un ministro de Economía que reemplace a Martín Guzmán. Por eso, durante el receso legislativo, espera que el tablero se acomode y que Fernández, finalmente, resuelva si va a concretar o no un cambio de Gabinete que le intente dar un nuevo aire a la gestión.
En la danza de posibles cambios aparece la posibilidad de que Santiago Cafiero ocupe la secretaría presidencial que conduce Julio Vitobello y que Juan Manzur se encargue de ocupar la Cancillería. De todas formas, son sólo especulaciones.
La posibilidad de que Agustín Rossi pase al esquema de ministerios también está latente. Hace tiempo que el Presidente quiere que el “Chivo” forme parte del Gabinete, pero no le encontró el lugar adecuado. Entre tantas idas y vueltas, decidió que se hiciera cargo de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), lugar al que el santafesino aceptó ir aunque no era lo que más le entusiasmaba.
No es la primera vez que se analizan cambios en la cúpula del oficialismo, como no es la primera vez que no se concretan
“Antes de Guzmán teníamos una crisis política y en ese momento podían servir los cambios. Ahora no sé qué sentido tendrían. Qué efecto pueden generar”, se sinceró un importante funcionario nacional, que cree que el silencio de Cristina Kirchner sobre el rumbo de la gestión aplacó la crisis.
No hay unidad de criterios sobre la importancia de un posible cambio de ministros. Es, en algún punto, parte del pesimismo reinante en las filas peronistas. En el oficialismo hay quienes creen que las cartas están echadas y que no hay cambio ni tregua trascendente que pueda cambiar el destino del Gobierno.
La situación del oficialismo es delicada y compleja. Los gobernadores del Partido Justicialista le quitan fuerza al respaldo de la gestión, la CGT muestra signos de fractura cada vez más expuesta y los movimientos sociales más cercanos al Gobierno siguen resistiendo las embestidas del kirchnerismo por el control de los planes sociales.
En el peronismo sigue latente la incertidumbre sobre el futuro del Gobierno. ¿Existe la tregua?