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Pérsico recogió el guante lanzado por CFK y el FDT suma otra página a su novela interna

Emilio Pérsico, líder del Movimiento Evita. (Dibujo: NOVA)

Emilio Pérsico, líder del Movimiento Evita. Sin nombrarlo expresamente, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner lo puso en el foco político y la coalición oficialista implosionó un tanto más. “Si Evita los viera, ¡mamita!”, dijo la socia mayoritaria del Frente de Todos, cuestionando la cantidad y tercerización de los planes sociales.

Corresponde hacer una salvedad a favor de Cristina Fernández de Kirchner: es insólito que Pérsico como líder del Evita, sea además el secretario de Economía Social del Ministerio de Desarrollo que conduce Juan Zabaleta.

En lo fáctico, maneja discrecionalmente el “registro de altas y bajas” de los beneficiarios de los programas sociales, de los cuales su movimiento es uno de los mayores adjudicatarios. Un sinsentido político que no se le puede escapar a Alberto Fernández y sea quizá fue uno de los focos solapados a las críticas que su vice realizó en el plenario de la CTA que tuvo lugar al inicio de la semana que concluye.

La respuesta a CFK y sus consecuencias tardaron menos de 24 horas en llegar. A través de un comunicado, el Movimiento Evita plantó bandera: junto a otras organizaciones sociales (como Somos Barrio de Pie), conformarán un frente político para competir con listas propias en las PASO del Frente de Todos en 2023. Pérsico dejó trascender que así se lo comunicó al primer mandatario, obteniendo su aval.

Si bien el Movimiento Evita es una organización federal, tiene su basamento de poder territorial en la provincia de Buenos Aires, fundamentalmente en los distritos más relegados del castigado conurbano bonaerense. Alista a más de un millón de beneficiarios sociales y ya posee el control político y administrativo de algunos distritos, como en el caso de Moreno a través de la intendenta Mariel Fernández.

Pero además en San Martín, Vicente López, Lanús, Navarro, Lobos y en la poderosa Matanza, también es fuerte el Evita y mantiene acuerdos político territoriales con sus respectivas cúpulas de poder.

Para Pérsico y su movimiento no será fácil competir con la afianzada estructura (aparato) de los intendentes del FDT y el PJ bonaerense (La Cámpora incluida), pero se tratará de una jugada que podría darle réditos puntuales y sumar musculatura dentro de la coalición de gobierno de cara a los comicios generales del próximo año. Y es que hay una realidad, también ya deslizada esta semana por el barbado dirigente: no romperá con Alberto Fernández.

En rigor, Pérsico buscará relegitimarse ante la deslegitimación que “le embocó” la vicepresidenta.

Es muy temprano para evaluar aún el juego táctico y de alianzas que desplegará el Movimiento Evita. El objetivo (competir puertas adentro) ya está planteado y recursos no le falta a Pérsico, por lo menos mientras siga siendo funcionario “a ambos lados del mostrador”, dado que maneja un presupuesto de 270 mil millones de pesos, prácticamente la mitad de los fondos que tiene asignado el ministerio que preside Juan Zabaleta en materia de asistencia social: 584 mil millones.

Así cierra la semana el primer capítulo de un extenso juego interno al seno del ya agrietado Frente de Todos que se las traerá.

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