Política
¿Qué camiseta se pondrá?

Cristina Kirchner busca la fuerza divina para inclinar la balanza y quiere al Papa de su lado

El Presidente y la vicepresidente se pelean ahora para lograr una audiencia con el sumo pontífice. (Dibujo: NOVA)

Mientras Alberto Fernández y Cristina Kirchner siguen abriendo cada vez más la grieta entre ellos, y el kirchnerismo duro lanza proyectos que complican más la gestión económica del Gobierno, ambos empiezan a evidenciar su propósito de volver a competir por la presidencia en 2023.

Por eso, ambos coinciden en algo: creen que una reunión con el Papa Francisco fortalecerá su posición en la pelea interna y sus eventuales planes electorales.

Se supo que el Presidente intentó reunirse con el pontífice, idealmente durante su reciente periplo por Europa. Sin embargo, el Papa no pareció interesado en la propuesta.

Y es que la relación del Papa con Alberto Fernández está muy deteriorada desde que el Presidente le pidió ayuda para la renegociación de la deuda con el FMI debido a la buena relación del pontífice con la titular del organismo, Kristalina Georgieva. Sin embargo, luego promovió la legalización del aborto en el peor momento de la pandemia.

También afectó el vínculo que el mandatario optara por la confrontación entre los argentinos. Y que dijera en varias ocasiones que hablaba con frecuencia con Francisco, quien le daba consejos.

En las últimas semanas, Cristina Kirchner también decidió ir a ver Francisco. A Roma llegaron los primeros sondeos. En el Vaticano encontraron un buen argumento para complicar la concreción de la reunión: respondieron que todo pedido de audiencia debe hacerse a través de la cancillería y, por extensión, de la embajada ante la Santa Sede.

Es cierto que siendo Presidenta y, ante la elección papal de Jorge Bergoglio, Cristina dio una sorprendente voltereta política y, de considerar al hasta entonces arzobispo de Buenos Aires como uno de los principales enemigos del kirchnerismo, pasó a proclamarse una de sus principales admiradoras.

En su primer encuentro con Francisco, prácticamente le pidió disculpas. “Pensé que usted era otra cosa”, le dijo. Y se puso a su disposición. El Papa trató de darle soporte político cuando infirió que podía no terminar su mandato, como Fernando de la Rúa, y desatarse una nueva crisis.

No obstante, Cristina cometió el mismo error que luego Alberto Fernández: también cayó en una explotación política abusiva del vínculo. Le pidió cuatro audiencias, y en una de las citas apareció con una delegación de La Cámpora, lo que enfureció al Papa.

También lo saludó 3 veces: en Paraguay, Cuba y los Estados Unidos. Además, disgustó al Papa el haber elegido para los comicios de 2015 a Aníbal Fernández como candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires. Es que los curas villeros lo acusaban a Aníbal de no combatir con energía el narcotráfico en las barriadas.

Por eso, a pesar de las dificultades, tanto el albertismo como el kirchnerismo buscarán volver a ganarse los afectos del papa y de esa manera proyectarse electoralmente para el 2023.

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