Según anticiparon fuentes de la Cancillería, la relación con Chile seguirá un camino de “absoluta normalidad” y recordaron que las expresiones de Bielsa “fueron a título personal”. Así el Gobierno se desmarcó de la postura del embajador.

Con ese gesto, el gobierno de Alberto Fernández buscó descomprimir la tensión que se generó con la gestión chilena de Sebastián Piñera durante este lunes y dar por terminada la polémica. Durante la tarde el gobierno chileno condenó públicamente las declaraciones de Bielsa y aseguró, en un comunicado de la Cancillería, que sus expresiones representaban “una intromisión inaceptable en los asuntos internos de Chile y vulneran normas de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas”.

En el Gobierno tardaron poco tiempo en tomar distancia de las expresiones de Bielsa y dejarlo en soledad con su postura. Además aclararon, también con rapidez, que no está en los planes desplazar al embajador de su cargo.

La Casa Rosada tiene decidido profundizar las relaciones con Chile ya sea Kast o Gabriel Boric el elegido en el balotaje. Así lo dejaron saber desde Casa Rosada, marcando con claridad que no existe voluntad alguna de tensar el vínculo con el país vecino.

La polémica generada por Bielsa le dio pie a la oposición para expresar su desacuerdo. Al mismo ritmo que lo hizo durante toda la campaña electoral, Juntos por el Cambio presenció el traspié político del Gobierno y aprovechó la ocasión para cuestionar a la gestión de Alberto Fernández. “La política exterior es una vergüenza”, marcaron varios dirigentes opositores en sus redes sociales. Un capítulo más de la polémica que el Gobierno busca dar por terminada.