Los radicales se sacan chispas en su pretensión de llegar a la Presidencia de la Nación en 2023

El radicalismo está convencido de que llegó su momento para pasar factura sobre los destratos sufridos durante seis años por parte del PRO, y asumir la hegemonía dentro de Juntos por el Cambio.
A lo largo del país, los radicales exigen, declaran y critican a diestra y siniestra, ocultando en el placard su responsabilidad en la catástrofe económica, social y financiera que provocó el Gobierno de Mauricio Macri.
Tienen fortuna: pocos son los que se la recuerdan, tal vez en el convencimiento de que un Gobierno radical siempre tiene la mecha corta.
En estos últimos días, Alfredo Cornejo –el presidente del Comité Nacional partidario- salió con los tapones de punta contra el Gobierno Nacional, lo cual ya es una costumbre. Poco después, fue el turno de Gerardo Morales, gobernador de Jujuy, quien orientó su ataque al interior de Juntos por el Cambio.
Los dos aspiran a la presidencia en 2023. Y Morales –quien mantiene una armoniosa cercanía con Alberto Fernández-, ya no bravuconea afirmando que “Macri ya fue”, una vez que el ex presidente, derrotado, decidió poner un océano de distancia con la Argentina y soltarles la mano a sus candidatos.
Ahora sus golpes se dirigen a María Eugenia Vidal y, a través de ella, a su principal competidor interno para la candidatura presidencial de la coalición opositora en 2023: Horacio Rodríguez Larreta.
Este miércoles, Alfredo Cornejo publicó una carta en la que atendió a Alberto Fernández por la situación de los varados argentinos en el exterior. "Señor presidente de la Nación, don Alberto Fernández. De mi mayor consideración, me lleva a escribirle esta carta la situación que atraviesan miles de argentinos que se encuentran en el exterior sin poder volver a nuestro país por la Decisión Administrativa 643/2021 del Gobierno, que limita los vuelos y el ingreso a 600 pasajeros por día. De más está decir que no comparto esta medida, que entiendo innecesaria, autoritaria y contraria a los lineamientos de nuestra Constitución Nacional", inicia su misiva pública el presidente de la UCR.
"No hay explicación coherente para sustentar esta medida. Un Estado presente y eficaz podría y debería poder hacer un seguimiento de los pasajeros argentinos o extranjeros que ingresen a nuestro país mientras atravesamos esta pandemia. Si no lo puede hacer es porque ha fracasado en esa área".
El argumento central de Cornejo consiste en que "los argentinos que se encuentran en el exterior no son necesariamente turistas, no son ricos que pueden viajar y vienen a contagiar a los que no pueden hacerlo. Son ciudadanos que han viajado gracias a su esfuerzo personal, son trabajadores, son estudiantes, son profesionales. Sea cual fuere el caso, son argentinos que tienen el derecho de regresar al país".
La interna por el liderazgo de Juntos por el Cambio ha polarizado las posiciones de varios postulantes a la sucesión presidencial en 2023. Cornejo se ha destacado desde un principio por ser uno de los más petardistas y radicalizados, al punto de llegar a plantear la separación de la Provincia de Mendoza del cuerpo de la Nación Argentina.
Tampoco se privó de evaluar con duros términos el desempeño del Gobierno Nacional durante la pandemia, subrayando que "no ha reconocido ni un solo error de los varios que se cometieron en cuanto a las medidas restrictivas que tomaron".
Y, como cierre de su carta, lanzó una provocación frontal al presidente Alberto Fernández, ya que lo insta a "dar una respuesta que no caiga en el simple relato al que nos tiene acostumbrados".
Paradójicamente, la justificada autocrítica que le exige Cornejo al Gobierno Nacional no se extiende a Juntos por el Cambio.
No hay ninguna referencia a las marchas anti-cuarentena, ni a las causas sobre supuesto “envenenamiento” que impulsarían las autoridades a través de la vacunación, ni sobre las recomendaciones para la ingesta de cloro o lavandina, que promovieron sus socios políticos. ¿Para qué hacerlo, si los propios no se lo objetarían y los ajenos lo criticarán de cualquier modo?
Pero, aunque los radicales pretendan desplazar al PRO del liderazgo de Juntos por el Cambio, nunca conseguirán despojarse de su “internismo” tradicional, que los conduce sistemáticamente a privilegiar la disputa partidaria por encima de la construcción de poder real. Tal como afirmaba el General Perón, un período de gestión nacional para la UCR es “un mal momento entre dos internas”. Para la Argentina, generalmente esos “malos momentos” han sido pésimos.
Alertado sobre las declaraciones de Cornejo, Gerardo Morales no quiso perder protagonismo en la carrera presidencial y apuntó su artillería contra el PRO, tomando como eje la decisión de María Eugenia Vidal de mudarse a la CABA y de respaldar la postulación del vicejefe de Gobierno porteño Diego Santilli en la Provincia de Buenos Aires.
Morales caracterizó como una "actitud muy cómoda" de la ex gobernadora bonaerense María Eugenia Vidal la renuncia a su candidatura en la Provincia de Buenos Aires. Sin embargo, identificó como verdadero "responsable" de esa decisión al jefe de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta.
Y el gobernador de Jujuy fue aún más allá, al afirmar que en 2023 "no quiere un Gobierno de CEOs".
"Fue una actitud muy cómoda de parte de Vidal desertar una lucha, irse a la Ciudad y borrar de su blog el término 'orgullosamente bonaerense'. Yo creo que eso no le hace bien al electorado."-aseguró.
Pero para el gobernador de Jujuy, "El responsable de esta decisión no es Vidal, es Larreta y eso es lo que me preocupa porque el jefe de Gobierno debería reflexionar sobre esto. Este es el problema del manejo del poder en la política cuando uno se cree poderoso y cree que lo puede todo y que todo es de goma", sentenció.
También sostuvo que la determinación del tándem Rodríguez Larreta-Vidal, a su juicio, no da "una buena señal ante el electorado" y "debilita a la coalición".
"Me sorprende la actitud de Vidal de haber desertado la lucha en la Provincia de Buenos Aires donde había que poner toda la carne a la parrilla porque no importa si se gana o se pierde en la política."
En la Ciudad de Buenos Aires "se gana de cualquier forma con cualquier candidato". Había que poner toda la carne en el asador del otro lado de la General Paz y por eso el radicalismo decidió "ir a luchar", para lo que eligieron como precandidato al neurocirujano Facundo Manes.
"El radicalismo va a dar la lucha y no es lo mismo que gane Santilli o Facundo Manes en la Provincia de Buenos Aires, porque sería lógico que gane el PRO con Santilli que tiene los municipios más importantes, pero entonces todo queda como está. La diferencia va a darse si gana Facundo y creo que es muy posible que pase", afirmó.
En ese sentido, Morales dijo que espera que en 2023 gane las elecciones presidenciales un candidato radical del espacio de Juntos por el Cambio y consideró que han "cometido muchos errores", pero que no quieren que haya un "Gobierno de CEOs".
"Yo no quiero un Gobierno de CEOs en 2023 si nos tocara gobernar, quiero un Gobierno en el que haya política, que conozca el país y a la gente y que no solo conozca la realidad de la Ciudad sino el interior profundo, con los problemas profundos en Argentina"-aseguró, sin reparar que sus propias declaraciones invalidaban la candidatura del candidato de la UCR en la Provincia de Buenos Aires, Facundo Manes, un “recién llegado” sin experiencia política previa.
Morales instó finalmente a "salir de la perspectiva de corto plazo" para “proyectar al futuro”.
"Esta actitud de sacar a Vidal, la candidata más fuerte en la Provincia y ponerla en cualquier lado es una especulación sobre el electorado que no la comparto, pero cada quien toma sus decisiones", concluyó.
Las intervenciones de Cornejo y de Morales explicitan el deseo de la UCR de alcanzar la hegemonía de la coalición opositora en 2021, para proyectarse a la Presidencia de la Nación en 2023. Sin embargo, ya comienzan a advertirse los tironeos y la competencia interna en el posicionamiento sobre las candidaturas presidenciales.
Además de Cornejo y de Morales, tanto Martín Lousteau como Facundo Manes no ocultan sus pretensiones. Y Manes –aunque no quieran admitirlo- les significa un grave problema, ya que les resultará muy difícil correrlo de la candidatura presidencial si consigue un triunfo electoral sobre el Frente de Todos en la Provincia de Buenos Aires.
Al no haber desempeñado cargos públicos, está blindado respecto de candidatos y de acciones o decisiones previas. Es un “hombre nuevo” de la política, con todo el atractivo que eso pueda suponer.
Por las dudas –y aunque no lo manifiesten- sus competidores radicales guardan bajo siete llaves un expediente sobre un diagnóstico de insanía que terminó de muy mal modo en la justicia, aunque le reportó importantes beneficios económicos, algunos años atrás.
Los muertos escondidos en el placard siempre terminan reviviendo.
Más tarde o más temprano.