Los meses se suceden y las vicisitudes en torno al derrumbe de la cadena Garbarino Compumundo no dejan de acumularse. La convocatoria de acreedores sigue adelante con la novedad de que las casi 2.300 familias a las que Carlos Rosales, aún titular de la firma, adeuda sueldos e indemnizaciones, lograron que uno de sus representantes participe de forma contundente en todo el proceso judicial. A la par, emergen nuevas denuncias contra el empresario por presuntos desvíos de facturación y liquidación oculta de bienes del retail.
Por Ulises Catriel Cuenca, de la redacción de NOVA