Por Gustavo Zandonadi, especial para NOVA
El 20 de junio de 1973, el regreso de Juan Domingo Perón a Argentina, después de casi 18 años de exilio, culminó en un evento conocido como la masacre de Ezeiza. Este suceso histórico no solo marcó el retorno de uno de los líderes más influyentes del país, sino que también expuso profundas divisiones dentro del peronismo, especialmente entre la izquierda y la derecha del movimiento, algo que el mismo Perón denominó como la fiebre sucesoria.