En 1943, Juan Domingo Perón se convirtió en el responsable del Departamento Nacional del Trabajo, transformándolo en la Secretaría de Trabajo y Previsión en diciembre de ese año. A través de reformas laborales, ganó apoyo entre la clase trabajadora y se convirtió en un candidato potencial para la presidencia.
El 28 de octubre de 1983, frente a una multitud reunida en el Obelisco, Herminio Iglesias (candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires) procedió a la quema de una corona mortuoria y un ataúd que simbolizaban a Raúl Alfonsín, candidato presidencial de la Unión Cívica Radical. El exabrupto del dirigente bonaerense le costó al peronismo una dura derrota en las urnas, apenas 48 horas después.
Mientras que las fuerzas británicas trataban de discernir qué sucedía en la Patagonia (especialmente en las bases aéreas) durante el conflicto por Malvinas en 1982, desde la Argentina se buscaba impedirlo.