Hanna Reitsch había hecho de su pasión, su vida. Nacida en una de las cunas de la aviación, su destreza y valentía le convirtieron en uno de los mejores pilotos de Europa, consiguiendo más de 40 récords mundiales de altura y velocidad, tanto con aviones a motor de explosión como, sobre todo, con planeadores; hecho que no ha sido igualado por otra mujer en el mundo.