Por Luciano Capdevila, especial para NOVA
Con voz suave, manos marcadas y perfil bajo, el escultor Humberto Gómez Lollo fue esculpiendo su camino y logró el reconocimiento de sus pares, amigos y de la gente. Casi 50 años que no fueron en vano, sacrificios que valieron la pena ya que es uno de los escultores que recibió el Gran Premio de Honor.