Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), los ahogamientos son la tercera causa de muerte por traumatismo no intencional en el mundo, y suponen un 7 por ciento de todas las muertes relacionadas con traumatismos.
La salud y el bienestar son dos aspectos de gran importancia para disfrutar de una calidad de vida óptima. Sin embargo, en muchas ocasiones no se les presta la atención necesaria y se descuidan los hábitos y necesidades, lo que puede tener consecuencias negativas en el rendimiento, tanto a nivel físico como mental.
Definimos a la muerte súbita (MS) como muerte natural de causa cardiovascular, que se produce en forma inesperada con un corto intervalo desde el inicio de los síntomas desencadenantes, habitualmente ocurre en menos de una hora o que acontece durante el sueño. Representa la mitad de las muertes cardiovasculares y el 25 por ciento del total de las muertes en adultos. Aproximadamente un 50 por ciento ocurre en personas sin enfermedad cardíaca conocida, siendo ésta su primera expresión.
Un equipo de investigación argentino, integrado por profesionales del CONICET en la Unidad Ejecutora de Estudios en Neurociencias y Sistemas Complejos (ENyS, CONICET-UNAJ-HEC) y el Hospital de Alta Complejidad El Cruce “Dr. Néstor Carlos Kirchner” (HEC), publicó recientemente un trabajo en la revista científica Epileptic Disorders en el que se describe un estudio de alta complejidad realizado a un paciente con epilepsia –enfermedad neurológica que se caracteriza por una alteración de la actividad eléctrica del cerebro– de tipo refractaria, es decir, resistente a las medicaciones.
Por la doctora Virginia Mariana González (*)