Comer bien hace bien. Junto con otros hábitos saludables básicos, como hacer ejercicio con regularidad, probar y aprender cosas nuevas, y priorizar el sueño; una de las mejores apuestas para reducir el riesgo de tales afecciones y mantener el cerebro en forma, es concentrarse en la nutrición.
Por la doctora Sofía Burgos (*)
Actualmente circula una amplia cantidad de información sobre alimentación que en gran medida se orienta a mejorar la calidad de vida de las personas. Entre las distintas recetas y sugerencias alimentarias que circulan, se incluye el consumo de alimentos “light” como sinónimo de una alimentación más saludable. “No es en realidad estrictamente así”, adelanta Flor Zappalá, licenciada en Nutrición y residente de Nutrición en el Departamento de Alimentación y Dietética del Hospital de Clínicas.
Mientras los casos de COVID-19 siguen aumentando en las Américas, con un incremento de 13,9 por ciento en las nuevas infecciones con respecto a la semana anterior, la Directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne, pidió que los países preparen sus sistemas de salud para enfrentar el impacto a largo plazo de la condición post COVID-19, que puede afectar a muchos en la región.
Ante la llegada del invierno y las temperaturas extremadamente bajas, los cuidados de la salud deben potenciarse. Sin embargo, más allá del abrigo extra, es fundamental tomar otros recaudos.