Aquellos que hayan recibido cualquiera de las flamantes vacunas contra el Covid-19 deben evitar el consumo de alcohol porque podrían comprometer la respuesta inmunitaria del cuerpo al efecto del inoculante.
El agua que sale de la canilla, la que consumimos habitualmente, cuenta con ciertos procesos previos de potabilización, que permiten que sea apta para consumo. Durante este proceso, el agua extraída es decantada eliminando así, sus impurezas y luego se la desinfecta con cloro y otras sustancias para eliminar posibles virus y microorganismos que puedan afectar la salud.
La falta de exposición solar en cuarentena pudo haber generado un déficit de niveles adecuados de vitamina D, la que se activa mediante la radiación ultravioleta. Esta sustancia cumple importantes funciones en la prevención de distintas enfermedades que van desde trastornos de los huesos, diferentes tipos de cáncer, enfermedades autoinmunes e inflamatorias.
Según la investigación llevada a cabo por la Escuela de Medicina Icahn en el Monte Sinaí (Estados Unidos), el consumo mensual de hasta tres barras de chocolate puede disminuir alrededor del 13% el riesgo de padecer una insuficiencia cardíaca.