Desde la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Agencia Internacional para la Prevención de la Ceguera (IAPB, por sus siglas en inglés) proponen la fecha con el objetivo de crear conciencia social sobre la importancia de la salud ocular y garantizar un mejor acceso a servicios oftalmológicos de calidad.
En el contexto actual de confinamiento y cambios radicales en el modo de vivir, administrar el tiempo, determinar espacios e identificar emociones es un gran desafío. Los momentos de estrés a los que las personas se ven sometidos, repercuten negativamente en el desempeño laboral, en las relaciones sociales y en la salud.
Ganar masa muscular es una meta más difícil que perder peso, ya que para lograrlo el cuerpo necesita aumentar la ingesta de calorías y un error en los cálculos puede suponer que el cuerpo acumule más grasa de la deseada.
La hiperhidrosis se define como la producción excesiva de sudor por encima de los requerimientos de la termorregulación y de las condiciones ambientales. En la mayoría de los casos se produce como respuesta a un estímulo emocional o térmico, aunque también puede ser desencadenada por otros estímulos o espontáneamente.
La nueva normalidad, producto del confinamiento por el brote del coronavirus, implica pasar más tiempo en casa con acceso directo a alimentos no tan saludables y sin distinción de espacios, lo cual nos pone a prueba y nos invita a replantearnos cómo comemos.
El primer Día Mundial se celebró en 1994 y desde 2012 la organización Alzheimer’s Disease International (ADI) decidió extender la conmemoración por todo el mes de septiembre, y así se consignó el Mes Mundial del Alzheimer. Se considera la nueva epidemia del siglo XXI y se prevé que para el año 2050 el número de personas con alzheimer ascienda a 131.5 millones.