Después de la corrida contra el peso en los mercados financieros, y la pérdida de confianza en los bonos atados por el coeficiente CER, el Gobierno está perdiendo la principal fuente de financiamiento para cubrir el déficit fiscal: la deuda en pesos colocada en el pequeño mercado de capitales local.
Desde el Ministerio de Economía confían en que el directorio del organismo multilateral no objetará la aprobación técnica, con lo cual desembolsaría 4.100 millones de dólares para el país.
Desde noviembre del 2021, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) sentenció la persecución judicial hacia los trabajadores que buscaron persuadir las restricciones filocomunistas de la entidad monetaria para la compra de dólares. Asimismo, se buscó quitarle dinero a los freelance que dan servicios al exterior y quieren cobrar en Argentina con moneda extranjera.
La Argentina presentó en mayo la inflación acumulada más alta de 10 países sudamericanos, incluyendo a Venezuela, que muestran un promedio del 8,5 por ciento para ese bloque de naciones.
La Secretaría de Comercio Interior renovó las tasas máximas de descuento que los emisores bancarios pueden aplicarle al comercio y los topes máximos de interés que los comercios pueden cobrarle al consumidor para cada plan de financiamiento vigente incluido en el programa Ahora 12, a través de la Resolución 490/2022 publicada este martes en el Boletín Oficial.
En medio de la caída en la cotización de los bonos soberanos, el riesgo país de la Argentina subió hoy a 2219 puntos, el nivel más alto en 22 meses. Con el mercado local sin actividad por el feriado del Día de la Bandera, ese indicador clave sigue subiendo como reflejo de la cotización de los bonos argentinos en el exterior.
El ministro de Economía, Martín Guzmán iniciará este martes su “cacería” de banqueros, a quienes buscará mediante una ronda de encuentros, convencerlos no sólo de que sigan financiando al Gobierno, sino para que y, en lo posible, aumenten su exposición al sector público incorporando además papeles de deuda a mayor plazo.
Allá por el año 2019, durante la campaña electoral, los sectores más duros del kircherismo gritaron a los cuatro vientos las acciones que iba a llevar a cabo su gobierno, entre las que se encontraban destruir al campo a base de retenciones, aniquilar la industria con fuertes impuestos, liberar a los ladrones, asesinos y violadores de las cárceles, y hacer pelota a los jubilados, que la mayoría de los viejos son macristas” decían a viva voz.
El fracaso de la última licitación de bonos le dejó un mensaje: los inversores no están dispuestos a jugarse por los títulos que emitan para renovar los vencimientos de deuda si no son de muy corto plazo y de elevados rendimientos. En otras palabras, acorralaron a la Secretaría de Finanzas porque todo lo que renueven este fin de mes lo deberán afrontar en los primeros meses del año que viene. No han conseguido traspasarle parte de la deuda al Gobierno que viene. La estrategia sabe a fracaso y desmorona los planes para combatir la inflación.
El presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), Daniel Funes de Rioja, aseguró que para mejorar los niveles de producción y competitividad es necesario lograr “estabilidad macroeconómica” y que se controle la inflación dar un marco de certidumbre a la actividad economía.
El presidente del Banco Central, el radical Miguel Ángel Pesce, decidió producir un nuevo aumento en la tasa pagada por las Letras de Liquidez (LELIQ) por 300 puntos básicos, por lo que aumentó del 49 al 52 por ciento nominal anual.
A pesar de la drástica aceleración del gasto público en cara al segundo trimestre del año, el Gobierno decidió mantener la meta fiscal para fin de año en torno al 2,5 por ciento del PBI sin intereses de deuda, tal y como fue acordado con el FMI originalmente.
El programa heterodoxo del ministro Martín Guzmán comienza a mostrar signos de agotamiento. Esta semana fue marcada por una profunda corrida contra el peso y los bonos emitidos por el sector público. El movimiento pesimista de los mercados tomó al Gobierno completamente por sorpresa.
Ya nos acercamos a 2023, y la situación económica Argentina se hace irremontable. En estos años de gestión, Alberto Fernández sólo intentó mantener su poder político pero sin pensar en las necesidades de la gente.