En cuestión de horas, todo cambió en la alianza entre el cristinismo y el massismo. No en lo referido al acuerdo entre ambos, que se mantiene con fortaleza, sino en el juego de candidaturas para las elecciones de este año.
Cuando el fin de semana pasado el periodista todoterreno Roberto Navarro publicó que Alberto Fernández le confió en supuestos chats que: “Seré quien termine con 20 años de kirchnerismo”, provocó un revuelo mayúsculo en la política argentina, y no sólo del Frente de Todos (FdT). El comunicador ex menemista, duhaldista, nestorista, sciolista, albertista y ahora cristinista entrecomilló frases que atribuyó al presidente en supuestos chats que nunca publicó, para “preservar la fuente”.
Tras el ataque mafioso contra la familia de Messi en Rosario, Aníbal Fernández trató de quitarse de encima el problema asegurando que hace 20 años están en esta situación. Y a continuación aceptó que los narcos han ganado, una declaración provocativa y extemporánea que motivó que desde la oposición salieran a pedirle que renuncie.
En la Argentina todo puede pasar y, naturalmente, también en el Frente de Todos. Este jueves, de los cuatro senadores oficialistas confirmó algo más que las tensiones internas dentro de la alianza de Gobierno y la pérdida de la mayoría por parte del interbloque oficialista.
Esta semana, a Javier Milei se le cayó la estantería encima. La presidenta de la Agrupación Juvenil Generación Libertaria, Mila Zurbriggen, informó su ruptura personal y la de su espacio político del partido de Javier Milei, la Libertad Avanza, denunciando la existencia de “prácticas mesiánicas” y “exigencia de favores sexuales” en esa organización.
