Hasta el momento se realizaron cuatro elecciones provinciales: Jujuy, Misiones, Salta y Corrientes. En todas el Frente de Todos salió derrotado. Salvo en Corrientes, donde recibió una paliza histórica, en las demás ni siquiera llegó al segundo puesto.
Cristina Fernández y Mauricio Macri componen la sociedad política más exitosa desde la vuelta de la democracia en 1983. Una sociedad tácita, basada en denuncias y descalificaciones mutuas, pero que ha sido muy redituable para ambos. Para la sociedad argentina, en cambio, sus consecuencias han sido nefastas.
El OlivosGate impactó, y mucho, al interior del Frente de Todos. No por la publicidad que le dieron los medios opositores, que al fin y al cabo denunciarán cualquier cosa buena, mala o regular que haga el oficialismo. El temor es a la reacción social en las urnas. Y a esa aún impredecible reacción social debe sumarse la actitud de las agrupaciones, sindicatos, movimientos sociales y candidatos que fueron excluidos de las listas.
Esta vez no fueron las declaraciones de Alberto Fernández. No afirmó que “veníamos de los barcos”, ni convirtió a “Macacha” Güemes de hermana en esposa, ni aseguró que “entre la vida y la economía se quedaba con la vida”.
Ese mismo día hubo gente que no pudo ir a un velorio, acuérdense lo que era cruzar rutas provinciales, advirtió el dirigente radical.