En unas PASO que fueron presentadas como un plebiscito de la gestión de Alberto Fernández, la sociedad argentina se expresó sin doble discurso. El Frente de Todos perdió en 18 de las 24 provincias, incluida la de Buenos Aires, la “madre de todas las batallas”.
Hasta el momento se realizaron cuatro elecciones provinciales: Jujuy, Misiones, Salta y Corrientes. En todas el Frente de Todos salió derrotado. Salvo en Corrientes, donde recibió una paliza histórica, en las demás ni siquiera llegó al segundo puesto.
Cristina Fernández y Mauricio Macri componen la sociedad política más exitosa desde la vuelta de la democracia en 1983. Una sociedad tácita, basada en denuncias y descalificaciones mutuas, pero que ha sido muy redituable para ambos. Para la sociedad argentina, en cambio, sus consecuencias han sido nefastas.
El OlivosGate impactó, y mucho, al interior del Frente de Todos. No por la publicidad que le dieron los medios opositores, que al fin y al cabo denunciarán cualquier cosa buena, mala o regular que haga el oficialismo. El temor es a la reacción social en las urnas. Y a esa aún impredecible reacción social debe sumarse la actitud de las agrupaciones, sindicatos, movimientos sociales y candidatos que fueron excluidos de las listas.
Esta vez no fueron las declaraciones de Alberto Fernández. No afirmó que “veníamos de los barcos”, ni convirtió a “Macacha” Güemes de hermana en esposa, ni aseguró que “entre la vida y la economía se quedaba con la vida”.