En los últimos días se supo que Javier Milei había visitado a Mauricio Macri antes de las PASO, por invitación del ex presidente. ¿Cuál fue la razón para blanquear ese encuentro ahora? La respuesta es bastante sencilla: Macri pretende que una porción que le responde del PRO vote la boleta del economista –quien se incorporará a Juntos por el Cambio después de las elecciones-, para restarle votos a la de María Eugenia Vidal, y así darle un duro golpe a las pretensiones de Horacio Rodríguez Larreta de llegar a la presidencia en 2023.
Días después de la derrota de las PASO, Juan Manzur asumió la Jefatura de Gabinete. En sus movimientos iniciales dejó en claro que estaba dispuesto a ejercer el ejecutivo sin reservas. Y, para que nadie tuviera dudas, allí mismo lanzó el proyecto Juan XXIII, para apuntalar su campaña electoral de cara a las próximas elecciones presidenciales. Pero en la Argentina la política se alimenta de sus hijos, y tras esa aparición rutilante, el tucumano fue perdiendo peso político, hasta quedar prácticamente neutralizado.
El “albertismo” es como las brujas. No existe, pero que lo hay, lo hay. Y a menudo amenaza avanzar con la expulsión del cristinismo del Gobierno del Frente de Todos, pero finalmente recula a último momento.
“Está haciendo todo mal”, definió, implacable, Hebe de Bonafini, sobre el desempeño de Alberto Fernández. Razones no le faltan, ni a ella ni a la mayoría de los argentinos que observan, entre la incredulidad y la bronca, cómo un sujeto sin condiciones ni jerarquía alguna llegó a la presidencia. De la mano de Cristina Kirchner, claro. Una Cristina que sabe que, con la candidatura de Alberto Fernández cometió uno de sus peores errores, que podría llegar a costarle la liquidación de su capital político y hasta la cárcel.
El Frente de Todos tiene en claro que su futuro depende de la elección de noviembre. Por esta razón se ha impuesto revertir el resultado de las PASO, o al menos realizar una remontada heroica que lo ubique por encima del 40 por ciento de los votos a nivel nacional. Por esta razón ha encomendado a varios comunicadores pretendidamente “independientes” la instalación mediática del interrogante: ¿Y si el Gobierno consigue imponerse en las elecciones generales?