El primer gran escándalo en el gobierno de Alberto Fernández fue justo en el sector que mejor supo administrar la gestión de Mauricio Macri. Más allá de la crisis galopante en la que dejó al país, el ex presidente supo salvar de críticas impiadosas a una de las funcionarias que más fortalecidas y airosas salió de su penosa administración: Carolina Stanley.
El avance de la pandemia había puesto paños fríos la disputa entre la oposición y el oficialismo. Se habían llegado a acuerdos entre nación, provincia y Ciudad de Buenos Aires para el control de la circulación y la implementación de medidas en conjunto. Sin embargo, todo ese trabajo se fue por la borda en la última semana y se volvió a profundizar la grieta.
El avance sin freno de la pandemia en nuestro país logró cosas que hasta algunos meses parecían imposibles: apartar la grieta hacia un costado. En lo que va del mes de marzo, los principales dirigentes de la oposición y el oficialismo han dado sobradas muestras de responsabilidad y sensatez ante tamaña emergencia que pone en vilo a toda la sociedad.
En los primeros días de marzo llegó el Coronavirus a la Argentina, desde entonces se ha propagado sin pause y a pesar de que el número de casos todavía es bajo, se espera que el pico sea entre fines de abril y principios de mayo. Más allá de que el contagio es masivo, una gran parte de la población lo tomó a la ligera y no hizo caso a las recomendaciones.
La última semana en territorio nacional, como así también en el resto del mundo, estuvo marcada por la agenda de la enfermedad que despertó la psicosis generalizada. En nuestro país, desde el Ministerio de Salud, se comenzaron a tomar algunas medidas con el objetivo de evitar la propagación del Covid-19, que hasta el momento tiene más de 30 casos en Argentina. Una de ellas fue el incremento de 1.700 millones de pesos en las partidas para combatir el virus.