Por primera vez desde el cambio de gobierno, el foco de atención no está puesto en la economía y ahora los ojos se posaron en el peligro de las enfermedades que podrían perjudicar a la población. La alarma generalizada ante el virus chino provocó que los barbijos desaparecieran de las farmacias y, a la vez, que aumentaran su valor debido a las demandas.
Está claro que el gobierno tiene varias obligaciones por delante y algunas que ya pasaron sin demasiada repercusión. En los últimos días, y luego de las negociaciones que encaró el ministro de Economía, Martín Guzmán, el Fondo Monetario Internacional le hizo un guiño a la Argentina y en comunicado histórico sostuvo que la deuda de nuestro país “no es sostenible”.
Las finanzas del país, a pesar del cambio de gobierno, siguen complicadas y se convirtieron en el principal dolor de la cabeza de la nueva gestión. A pesar de los intentos de reflotar el consumo con distintas medidas como el aumento solidario o la tarjeta alimentaria, en su rubro que todavía no ha podido crecer y sigue estancado como en los últimos años.
Después de la visita al Papa Francisco en el Vaticano, el presidente de la Nación continuó con su gira por Europa, donde se reunió con distintos mandatarios del viejo continente. En su primera gran gira desde que asumió en diciembre pasado, Alberto Fernández logró un buen acercamiento y también cosechó elogios, aunque no hubo ningún resultado concreto.
La situación económica de la Argentina es por demás complicada, sobre todo por los próximos vencimientos de deuda que deberá afrontar el gobierno, de los cuales en su gran mayoría son en dólares. Para intentar llegar de la manera menos compleja y más relajada posible, desde el Ejecutivo ya iniciaron una serie de negociaciones.