Santiago Caputo se ha convertido en el arquitecto en las sombras de la nueva política bonaerense.
Se cree emperador, aunque apenas llega a payaso. Así lo demostró Javier Milei camino a la apertura de las sesiones ordinarias, al escoltarse de un ejército de granaderos a caballo, utilizando recursos del Estado para enaltecer su figura, la cual pierde cada vez más credibilidad en la opinión pública.
La pérdida de influencia que atraviesa Santiago Caputo, asesor presidencial, se erige como un síntoma revelador de las tensiones y dinámicas internas que configuran la política actual.
Al Presidente “dinamita”, experto en abusar del lenguaje y las redes sociales, la mecha le está quedando corta.
La política nacional atraviesa un proceso de realineamiento en el que numerosos dirigentes de Propuesta Republicana (PRO) han optado por acercarse o directamente sumarse a La Libertad Avanza (LLA), el espacio liderado por el presidente Javier Milei.
La Argentina volvió a ser testigo de una manifestación histórica, un grito colectivo que emergió desde las entrañas del pueblo para denunciar el rumbo autoritario y destructivo del Gobierno de Javier Milei.