Tras más de un mes de la sanción en el Congreso, el presidente Javier Milei reglamentó este lunes el capítulo III de la Ley Bases y de esta manera, empieza el proceso de privatización de empresas públicas que espera concretar en los próximos 6 meses empezando con 4 centrales hidroeléctricas: Alicurá, Chocón, Cerros Colorados y Piedra del Aguila.
Mientras la sanguijuela disfrazada de León se entretiene en largas charlas nocturnas y clandestinas con el Gato que aún no acepta la derrota de su espacio –pero sí empieza a ejercer cada vez más presión política- , la maldita y derruida rueda económica sigue girando.
La gestión del inesperado presidente Javier Milei cruzó ese Rubicón que representa para todo Gobierno los primeros 100 días de luna de miel, adentrándose en un terreno que, como es previsible, le deparará mayores exigencias y nuevos desafíos para recrear a diario las mayorías que lo llevaron al poder.
Desde que asumió en el poder, el accionar del presidente Javier Milei se circunscribe a tres ejes: la dinámica de los mercados, la cuestión monetaria y la violencia dirigida a otros funcionarios y/o actores de la política nacional e internacional. Esta obsesión lo sigue manteniendo alejado de las problemáticas reales que afectan a la gente: salarios por el piso, pobreza creciente, pymes asfixiadas, desempleo, caída del consumo y tarifas impagables. De eso no se habla, y esta grave falencia ha derruido el discurso libertario del que se valió para ganar las elecciones.
El recientemente echado secretario de Bioeconomía (Agricultura) de la Nación, Marcelo Vilella, aseguró que durante los 8 meses que tuvo como funcionario, sólo se cruzó con el presidente Javier Milei en una sola oportunidad.
Ahora sí. Con la Ley Bases adentro y los colmillos afuera, el Gobierno busca incrementar su poder mediante la firma del Pacto de Mayo que debió cancelar en el quinto mes de su gestión debido a la falta de consenso político.