Desde que asumió en el poder, Javier Milei se encargó de anteponer su ideología a toda medida política que beneficie a los argentinos. Y lo que ocurrió este fin de semana en el plano geopolítico mundial, lo volvió a dejar en evidencia, en el marco de la escalada de violencia bélica que se desató en Medio Oriente.
El electo diputado nacional por La Rioja, Martín Menem, designado por La Libertad Avanza (La Libertad Avanza) para asumir el cargo de presidente de la Cámara baja, cuenta en su haber con la condición de haberse criado en una familia de políticos (su tío Carlos Menem fue Presidente y su padre Eduardo Menem, senador nacional), aunque su ingreso a cargos de representación va acompañado de un mensaje contra los beneficios de la clase política.
Desde que asumió en la Presidencia de la Nación, con su fundamentalismo libertario Javier Milei no ha hecho otra cosa que ponerse en contra a la población, que asfixiada por sus medidas extremas, comienza a manifestar su profundo malestar.
Luis Petri, ministro de Defensa, se refirió a los dichos de la vicepresidente Victoria Villarruel, quien aseguró que no fueron 30 mil los desaparecidos en la dictadura, y advirtió que “discutir sobre eso no le aporta nada al debate”.
Los argentinos que no son parte de “la casta” están sufriendo. Y nadie del Gobierno libertario lo ve. Enceguecidos por su hambre de poder y por ganar la disputa del DNU con los gobernadores y legisladores, entre otros asuntos, pasan de largo el sufrimiento de millones de familias que cada día tienen menos acceso a la alimentación, la vivienda y la salud. Tres de los pilares elementales para tener una calidad de vida digna.