El presidente Javier Milei, apenas semanas después de haber sido elegido como el líder de Argentina, parece estar delineando una estrategia política que promete mantener la coherencia ideológica de su proyecto libertario.
Tras permanecer mudita por un largo período, las medidas del Gobierno libertario despertaron al monstruo. Durante los últimos meses, la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner volvió a alzar la voz en sus redes sociales, cada vez más poseída y obsesionada por su rivalidad con Javier Milei.
Lo llamó pero no atendió. Le escribió por X y lo nombró en Instagram, pero lo ignoró. No le quedó otra opción que tomarse un vuelo para forzar un encuentro. Su último recurso virtual había sido grabar un lamentable video en TikTok para que reciba su saludo: “Felicito al presidente electo, Donald Trump, por la gran victoria en las elecciones”, dice Javier Milei mientras mira a cámara con la cabeza inclinada hacia abajo, en busca de un plano que lo favorezca. Y sigue leyendo como niño de primer grado que no quiere olvidarse la letra de la parte que le toca: “Usted sabe que puede contar con la Argentina para hacer grande a Estados Unidos nuevamente, y nosotros sabemos que podemos contar con usted para hacer a Argentina grande nuevamente”.
A su pesar, fue la protagonista de la semana. Con bastante más elegancia que la que utilizó el vocero Manuel Adorni (“Se hace lo que dice el presidente Javier Milei o estamos invitados a retirarnos del Gobierno”), el jefe de Gabinete Guillermo Francos dijo, respecto del flamante despido de su cargo de canciller de Diana Mondino, que la idea ahora sería “aprovechar la experiencia” de la ex funcionaria en el ámbito internacional, sin aclarar ni cómo ni cuándo ocurriría esto.
Las elecciones cada vez son más un hecho potable y de gusto entre propios y extraños. De tal forma, La Libertad Avanza (LLA) comienza a diagramarse en cada rincón del país.