La breve y magra trayectoria política de Javier Milei ya le está dando su primera lección: a menos de un año de asumir en el poder, ya no puede caminar por la calle y salir moralmente ileso. El “vuelto” le está llegando enseguida.
El asesor presidencial Santiago Caputo se encuentra en medio de idas y vueltas por la composición del Gobierno de Javier Milei. Ya que, se encarga de poder obtener presupuesto y buenas partidas de espacios en la administración nacional.
Salud, educación, seguridad y economía, las cuatro áreas más sensibles de toda gestión de Estado, son las que están siendo sistemáticamente azotadas por el des-gobierno de Javier Milei, quien desde la campaña electoral hasta la actualidad, viene repitiendo un discurso falaz basado en la supuesta premisa de la “libertad”, una utilización deformada y alevosa de uno de los valores esenciales de la democracia.
Nada es casual. Justo cuando los sondeos de opinión marcan por primera vez una caída significativa en la imagen presidencial y la calle levanta temperatura con la amenaza de conflictos latentes en un escenario económico crítico, el Gobierno decidió poner el moño formal a una especie de tregua con la CGT, que desde el entorno más próximo a Javier Milei venían cocinando desde hace largas semanas.
Te despertaste a las diez de la mañana luego de una larga noche de insomnio. Revisaste el celular, controlaste una a una tus infinitas redes sociales. Te devolvieron twitter, ahora X, con la advertencia de que en la próxima te lo inhabilitan de por vida por decirle al ministro de Economía que habría que mandarlo al paredón.