Arrancó la candente cuenta regresiva electoral. Este domingo, los medios de todo el país amanecieron con otra novedad vinculada a la interna feroz que atraviesa un Frente de Todos despedazado, espacio que se ha convertido en una bolsa de gatos de la que nadie saldrá ileso a nivel político.
Es sumamente común pensar que Argentina nunca podría caer en la ideología comunista, como consecuencia de su riqueza y ante su pasado con el Proceso de Reorganización Nacional. Por lo tanto, la frase de vamos a ser Venezuela o Cuba, ya es tradición.
Democracia: “Sistema político que defiende la soberanía del pueblo y el derecho de este a elegir y controlar a sus gobernantes”. Una premisa que incumplen los dictadores de la región que esta semana iban a ser recibidos con alfombra roja por el presidente Alberto Fernández, decisión que fue ampliamente rechazada tanto desde el arco opositor como desde la comunidad venezolana radicada en Argentina, entre otras entidades y organizaciones.
Abundan los indicadores del grado de devaluación política que ha experimentado el presidente Alberto Fernández en el 2022. Uno de los datos más reveladores surge de la encuesta a líderes y formadores de opinión de la Argentina que difundió la consultora Poliarquía.
“Los vengo a convocar, sin distinciones, a poner a la Argentina de pie para que comience a caminar, paso tras paso, con dignidad, rumbo al desarrollo con justicia social. Ello supone, antes que nada, recuperar un conjunto de equilibrios sociales, económicos y productivos que hoy no tenemos. Tenemos que superar el muro del rencor y del odio entre los argentinos, tenemos que superar el muro del hambre que deja a millones de hombres y de mujeres afuera de la mesa que nos es común”, pronunciaba Alberto Fernández el 10 de diciembre de 2019, al asumir como presidente de la Nación.