El derecho a la libertad de expresión está consagrado en el artículo 19 de la Declaración Universal de Derechos Humanos, que describe sus elementos fundamentales como derecho consustancial a todas las personas. Posteriormente, ese mismo ha quedado protegido en infinidad de tratados internacionales y regionales.
Tal como lo define el diccionario, el “odio” es un “sentimiento profundo e intenso de repulsa hacia alguien” o la “aversión o repugnancia violenta hacia una cosa que provoca su rechazo”. Respetando el sentido literal del término, tan utilizado durante los últimos días en boca del oficialismo, aplica perfectamente no solo al comportamiento de la oposición, sino que toma más fuerza en los micrófonos del Frente de Todos.
El jefe de Estado, Alberto Fernández, se encuentra entre la espada y la pared ante lo que es la relación de los hermanos jefes del Clan Moyano. Ya que, ante la ida del patriarca, los herederos esperan a ver quién se quedará con la corona más codiciada por el ámbito gremial.
El día 4 de septiembre se instituye el Día Nacional de la Historieta Argentina. Según ley 26.652 sancionada en octubre de 2010.
En su desesperación por seguir siendo protagonista en un escenario que lo borró de un plumazo, el “políticamente suicidado” Alberto Fernández no tuvo mejor idea que prestarse a una entrevista televisiva en la que se vio acorralado y volvió a lanzar una polémica frase, sobre un tema de alta sensibilidad. A boca de jarro, y a pesar de que los archivos lo delatan diciendo lo contrario, aseguró: “(Alberto) Nisman se suicidó, espero que no haga algo así Luciani”. La amenaza fue lanzada tras acusar a jueces y fiscales de montar una persecución contra Cristina Kirchner con el fin de “excluirla de la vida pública, política y electoral”.