“El circo continuará mientras haya gente que aplauda a los payasos”, dice una frase popular, que se ajusta a la perfección al comportamiento del electorado en las urnas el 12 de septiembre pasado, cuando la contundencia de los votos contra el Gobierno le bajó los humos a la gestión albertista.
Finalmente, las elecciones primarias le salieron carísimas al presidente Alberto Fernández, que se vio obligado a ceder ante las presiones de Cristina Kirchner y todo el sector camporista que barrió a medio Gabinete de Gobierno el pasado fin de semana.
Algo no habremos hecho bien para que la gente no nos acompañe, reconoció Alberto Fernández tras la brutal derrota de este domingo en las urnas, que dejó a los referentes del oficialismo perplejos y, por primera vez, sin capacidad de oratoria.
En el inicio del mes, el pasado jueves de 2 septiembre fue una fecha icónica por el Día de la Industria, que volvió a abrir una grieta entre el Gobierno y un importante sector económico como es, justamente, el industrial.
El presidente Alberto Fernández sumó un nuevo renglón a su verborrágica lista de declaraciones deleznables y plagadas de ignorancia que lo alejan cada vez más de los índices de aprobación del electorado que supo tener al principio de su administración.