Finalmente, las elecciones primarias le salieron carísimas al presidente Alberto Fernández, que se vio obligado a ceder ante las presiones de Cristina Kirchner y todo el sector camporista que barrió a medio Gabinete de Gobierno el pasado fin de semana.
Algo no habremos hecho bien para que la gente no nos acompañe, reconoció Alberto Fernández tras la brutal derrota de este domingo en las urnas, que dejó a los referentes del oficialismo perplejos y, por primera vez, sin capacidad de oratoria.
En el inicio del mes, el pasado jueves de 2 septiembre fue una fecha icónica por el Día de la Industria, que volvió a abrir una grieta entre el Gobierno y un importante sector económico como es, justamente, el industrial.
El presidente Alberto Fernández sumó un nuevo renglón a su verborrágica lista de declaraciones deleznables y plagadas de ignorancia que lo alejan cada vez más de los índices de aprobación del electorado que supo tener al principio de su administración.
Los tiempos pandémicos parecieran (falsamente) haber terminado y el arribo de las elecciones, la campaña política y las aspiraciones legislativas tomaron el protagonismo del Gobierno nacional y la Casa Rosada.