Algo no habremos hecho bien para que la gente no nos acompañe, reconoció Alberto Fernández tras la brutal derrota de este domingo en las urnas, que dejó a los referentes del oficialismo perplejos y, por primera vez, sin capacidad de oratoria.
En el inicio del mes, el pasado jueves de 2 septiembre fue una fecha icónica por el Día de la Industria, que volvió a abrir una grieta entre el Gobierno y un importante sector económico como es, justamente, el industrial.
El presidente Alberto Fernández sumó un nuevo renglón a su verborrágica lista de declaraciones deleznables y plagadas de ignorancia que lo alejan cada vez más de los índices de aprobación del electorado que supo tener al principio de su administración.
Los tiempos pandémicos parecieran (falsamente) haber terminado y el arribo de las elecciones, la campaña política y las aspiraciones legislativas tomaron el protagonismo del Gobierno nacional y la Casa Rosada.
“A los idiotas les dije lo mismo que vengo diciendo desde hace mucho tiempo: la Argentina de los vivos, que se zarpan y pasan por sobre los bobos, se terminó. Acá estamos hablando de la salud de la gente. No voy a permitir que hagan lo que quieran. Si lo entienden por las buenas, me encanta. Si no, me han dado el poder para que lo entiendan por las malas. Y en democracia, entenderla por las malas es que terminen frente a un juez explicando lo que hicieron”, disparaba el presidente Alberto Fernández contra la población hace más de un año, advirtiéndoles las duras consecuencias a aquellos que se atrevieran a violar las restricciones impuestas por el Gobierno en el marco de la pandemia.