Luego de la euforia ficticia construida por el Gobierno nacional tras perder las elecciones legislativas, bajo la lamentable excusa de que “el triunfo no es vencer, sino nunca darse por vencidos”, los espejitos de colores se corrieron de la escena mediática y nuevamente comenzaron a tomar cuerpo los problemas concretos que aquejan a la Argentina.
Este lunes, los referentes del Frente de Todos desayunan café amargo. Si es que pueden tolerar infusión alguna, tras el knock out de este domingo, que los dejó sin aliento.
Durante los últimos días, generó indignación la segunda foto donde el oficialismo demuestra cómo se sigue riendo de los argentinos mientras la mayoría de ellos sigue intentando asomar la cabeza para no ahogarse en el pantano de la miseria populista gestada por el kirchnerismo.
En el marco de una situación económica más que complicada, con una inflación galopante, un salto cambiario que marca récords día a día, una actualidad apremiante y una pelea con el sector empresarial en materia de precios, el presidente Alberto Fernández partió hacia Europa por otro problema de índole económico: la deuda. Y también con fallidas intenciones de reunirse con el Papa Francisco.
El Gobierno nacional está tomando medidas en clave electoral, como lo dicen abiertamente sin tapujos desde el ámbito de la Casa Rosada e incluso de la Provincia, con el fin de revertir el duro golpe que fueron las PASO en septiembre pasado.