El ajustado triunfo en el ballotage de 2015, hacía suponer que la estadía de Mauricio Macri en el poder podía ser corta. Apenas poco más de 1 por ciento fue la diferencia que le sacó por entonces a Daniel Scioli, pero en 2017, en las elecciones legislativas, el oficialismo tuvo un triunfo tranquilo, incluso en la provincia de Buenos Aires ante Cristina Fernández de Kirchner, quien ostentaba el mayor caudal de votos.
Bajo el nombre “La marcha del millón”, el sábado pasado y en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se llevó a cabo el cierre de la gira planifica por Juntos por el Cambio, luego de recorrer varios lugares del país para llevar el mensaje “Sí, se puede”. El obelisco fue el escenario al que miles de personas se acercaron para apoyar al oficialismo.
En la noche del domingo pasado se celebró el primero de los dos debates presidenciales antes de las generales del próximo 27 de octubre. Si bien por el formato establecido no cumplió con las expectativas previas, hubo algunos pasajes con cruces interesantes y algunos esbozos de propuestas que no llegaron a ser concretas.
Uno de los puntales que los dirigentes de Cambiemos quisieron instalar de su gestión es la transparencia y la honestidad, algo que sin dudas es otra más de las promesas incumplidas por Mauricio Macri y los referentes que lo acompañaron en estos años al frente del país. Son muchos los ejemplos que demuestran que hay varios casos relacionados al narcotráfico, aunque siempre quisieron instalar una lucha contra las mafias.
El golpe que recibió el oficialismo en las urnas y que sorprendió a propios extraños, pareciera que dejó mareados a los asesores de marketing del presidente que, con cada movimiento comunicacional, hunden más las aspiraciones de una reelección. En cada marcha del “Sí, se puede”, las palabras de Mauricio Macri dejan expuesta una absoluta desesperación por retener votos.