Hace un mes que NOVA puso el foco en el entramado judicial la provincia de Mendoza porque allí pasaron cosas raras, al menos desde 2004.
El hijo de un legislador de La Libertad Avanza y al menos tres cómplices atacaron salvajemente a la salida de un boliche bailable de la localidad bonaerense de Colón a un adolescente de 17 años, quien perdió piezas dentales y fue internado en el Hospital Municipal primero y luego en una clínica de Rosario.
La Corte Suprema está “on fire”, y lejos de buscar un perfil bajo tras haber protagonizado la que sin dudas será la jugada del siglo y ratificar la condena de Cristina Fernández de Kirchner por corrupta en la causa vialidad, ahora pateó el tablero político para el otro lado, en una resolución que le trae problemas al entorno de Mauricio Macri.
La expresidenta condenada a seis años de prisión en el marco de la causa Vialidad, Cristina Fernández de Kirchner, no logra dormir tranquila. No por el vagón de guita que se robó, sino por las directivas judiciales a las que debe someterse como consecuencia de sus comprobados actos de corrupción y estafa a todos los argentinos.
En un giro que recuerda más a las páginas oscuras de la historia argentina que a un manual democrático contemporáneo, el gobierno de Javier “Jamoncito” Milei suma un nuevo escándalo: el presunto uso abusivo y arbitrario del aparato de inteligencia estatal contra la ciudadanía.