En Comodoro Py, la justicia federal argentina tiene dueños: un grupo de jueces que manejan camionetas de narcos, acumulan multas millonarias que nunca pagan, habitan mansiones y disfrutan de privilegios que ni los capos del crimen organizado logran. La diferencia es que estos magistrados no operan en las sombras: lo hacen con vehículos decomisados, nafta pagada por el Estado y un blindaje legal que ellos mismos se otorgan.
El conflicto entre Viviana Canosa y Lizy Tagliani ha escalado significativamente, ganando gran atención mediática y judicial.