El próximo 22 de octubre, en las elecciones generales, se definirá la composición que tendrá a partir del 10 de diciembre el Senado de la Nación.
La campaña proselitista está cada vez más caliente, y cuanto más cerca están las elecciones, mayores son las pujas de poder entre los candidatos y los espacios políticos que representan, llegando al punto de descartar la posibilidad de trabajar en pos de mejor su imagen pública, para en cambio apostar a ensuciar la reputación de los contrarios como forma de ganar terreno.