La monarquía británica se encuentra en una encrucijada inesperada. A menos de un año de su ascensión al trono, el rey Carlos III enfrenta complicaciones de salud que han encendido las alarmas en Buckingham. El diagnóstico de cáncer del monarca, sumado a su avanzada edad, ha precipitado los preparativos para una posible sucesión anticipada, situando al príncipe William en el centro de la escena real.