Ser parte de la realeza británica implica, entre muchas otras cosas, seguir las tradiciones familiares, aunque no todos los miembros estén de acuerdo con ellas. Así como lo hizo Lady Di, Kate Middleton debe cumplir con una de las costumbres más odiadas por su suegra, la Reina Isabel II: pesarse antes y después de la cena navideña.