La temporada navideña en la Casa Real británica comenzó con un sabor agridulce, marcado por ausencias destacadas en el tradicional almuerzo prenavideño organizado por el rey Carlos III en el Palacio de Buckingham. A diferencia de los años en que Isabel II lograba reunir a todos los miembros de la familia real, su hijo no ha conseguido el mismo nivel de convocatoria.