Una destacada componente del séquito real británico dimitió tras haber hecho “comentarios inaceptables” sobre los orígenes de una activista negra durante una recepción en el palacio de Buckingham, sumiendo a la casa real en un nuevo caso de racismo.
Cuando entró en la realeza catarí, Kasia Gallanio creyó que iba a vivir un sueño. Pero para la mujer polaco estadounidense la vida de lujos se convirtió en una “jaula dorada” y el cuento de princesas en una pesadilla. Un divorcio y una dura batalla judicial en los tribunales de Francia terminaron por hundirla: el 29 de mayo fue encontrada muerta a los 45 años en su departamento de Marbella. La autopsia habló de un paro cardíaco como causa de la muerte, aunque según medios locales, sufrió una sobredosis por calmantes.